20050721




Paranoia.


Llegó a casa un poco después de las 10 de la noche. A la casa vacía. Se sintió sola y molesta. Pensó en llamarle y admitirle que se sentía sola, que hubiera preferido estar con él, admitir que le importa y que quiere saber qué sigue, si es que realmente sigue algo. Admitir que hay veces que los signos de interrogación (abiertos) lo ocupan todo. Admitir que la perspicacia, observación aguda y atención concentrada de plano no pueden leerlo. Pero mejor se concentró en el hambre; abrió el congelador y sacó la bolsa de pan-siete-granos. Extrajo las dos últimas rebanadas.

--Puta madre, tendré que ir al mercado pronto.

Trató de abrir la también última lata de atún (con vegetales) pero la tapa abre fácil no fue fácil.

--Puta madre, me tiene que pasar esto a mí, ¿dónde habré puesto el pinche abrelatas?.

Sirvió el contenido de la lata en un plato desechable mientras se tostaba el pan. Le vino a la cabeza la palabra electrodomésticos estaba segura de haberla utilizado durante el día pero no recordaba cómo ni en dónde (como suele sucederle). Abrió el refrigerador en busca de algo más para la mezcla de atún con vegetales.

--¡Mayonesa! ¡a la fregada con la dieta! ¡doble porción de mayonesa, yeah!. Definitivamente, estoy deprimida. Sí, todos los síntomas están aquí: Hablo sola, ceno sola (en el comedor de 4 plazas) me excedo con las calorías, releo en lugar de empezar un libro nuevo. ¡Depresión a la vista!!Sálvese quien pueda!.

Recordó la conversación que durante la comida tuvo con sus amigas. Hablaron de las leyendas que más les fascinan; Tere escogió la del fantasma de la opera, otra no dijo nada porque casi nunca dice nada, Julia dijo que la del Hombre Lobo nunca le ha parecido atractiva. Ella dijo que lo único que le gustaba de esa leyenda era el nombre científico del hombre lobo, pero no recordó el nombre (como suele sucederle).

Pensó que era casi inevitable no sentirse deprimida mientras se cena un sándwich de atún con vegetales, salsa amor y doble porción de mayonesa. Pensó que era patético preocuparse, angustiarse y tratar de imaginar el significado de las reacciones, movimientos, palabras, de alguien a quién se conoce tan poco, pensó que por una vez en la vida debía evitar prologar esta historia. Que por esta vez podía darse permiso de no anticipar finales. Pensó que le caían gordos los finales felices.

--Puta madre ¿quién me entiende?

Decidió irse a cenar a la cama. Cenar mientras empieza un libro nuevo. En Su cama. Apagó la luz de la cocina, sala, comedor. Subió las escaleras...

-- ¡Licántropo!, ¡licántropo!



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