20090830

Te preparabas para el viaje


sonrisa amplia y generosa

ocultos planes

ojos ávidos

tristeza y mochila al hombro

hablabas de derrumbes y del mar

de tu playa de niña sola

mantarraya

subías al techo en obra negra de la noche

a trazar la espuma al escucharla





esa blancura y la misma oscuridad

20090825

En pocas horas cumplen años dos de mis personas favoritas...




Frida, el terror en crecimiento de la ciudad de Tijuana, o lo que es lo mismo: ¡Hemos creado un Mounstruo! (muy adorable)


Andrea... la niña Relámpago... serían 26... still missing u.

























20090818



Espejo de tres cuerpos

Odette Alonso.
Editorial Quimera.



Texto leído durante la presentación del libro en Tijuana el 24 de mayo.



Como ya sabemos, la imagen del espejo ha tenido muchos significados a lo largo de la historia y en distintas culturas. No es raro que se le vea asociado a cuestiones mágicas o esotéricas. Presente ya en las culturas mesoamericanas, el espejo primitivo, elaborado de piedra pirita, era visto como una ventana a otro mundo, donde se decía que se podían ver incluso a los ancestros o adivinar el porvenir; creencia que ha sobrevivido en distintas culturas hasta la actualidad.

Imponente en su silencio, el espejo es quizá el objeto que más cautiva la imaginación humana, desde la primera vez que sonreímos ante su reflejo hasta el momento en que, cansados, nos esforzamos por reconocer nuestra mirada tras las capas de surcos, mentiras y de años. No es de sorprender que ese trozo de vidrio cruel y fascinante sea el que de nombre a ésta, la primer novela de Odette Alonso.

En este libro, el lector encontrará una historia de amores complicados. Sí, por más redundante que esta frase pueda sonar. Hay en este libro una historia de amor, varias historias de amor laberíntico en dónde encontramos mujeres frágiles y vulnerables, fuertes e intimidantes.

Un espejo de tres cuerpos es aquel compuesto por tres paneles que permiten tener una imagen de frente y de ambos lados al mismo tiempo. Una imagen que de pronto parece repetirse infinitamente dentro de sí, como aquel dibujo de M. C. Escher donde una mano dibuja a la otra. Esta parece ser la estructura que Odette busca en su novela, llevar la historia dentro de la historia, emulando los círculos concéntricos hasta preguntarnos quién es quien escribe y quién es quién lee.

Decía, que este es un libro que cuenta amores complicados, inmersos en el erotismo y el desasosiego, una novela que se suma a la pequeña lista de novelas latinoamericanas con temas lésbicos. Una historia donde los personajes se van develando ante sí y entre sí. Un texto que confirma que nadie sale del amor ileso.


“De espaldas
el espejo parece una estocada
una noche sin ojos.”


Leo esta frase en un poema de Odette Alonso mientras sustutuyo, en el título de si libro, la palabra por la palabra espejo. Entonces comprendo la metáfora, y pienso que sí, en efecto, es únicamente ante el amor cuando verdaderamente nos develamos, por más aterradora que la imagen pueda resultarnos.




abril castro, mayo 2009








20090817

agosto 16, 2009


Estoy en un hotel en las afueras de monterrey, lejos de la ciudad, dentro de la nada: desfasada, fuera de centro. De pronto comprendo todo, no es posible asumir tantos cambios con tanta serenidad. Extraño mi ciudad y mi gente, extraño esa que yo soy allá. Extraño no tener que explicarme ante nadie.

Los últimos meses han sido un vuelco: moverme de ciudad, de trabajo, encontrar amigos nuevos, nuevas sensaciones y sabores, nuevas texturas. Como si, de pronto, al despertar abriera los ojos y todo el mundo fuera distinto y la gente me hablara en otras lenguas. Abrir los ojos ante un paisaje desconicido.

Creo que no tuve el suficiente tiempo de despedirme de Tijuana, de sus lugares, de sus baches y más que nada de mi gente. Me faltaron horas, días con cada uno de ustedes y hoy acá en medio de la nada me cae de golpe esa sensación: desear más tiempo, alargar la despedida. Parecido al sentimiento que llega cuando nos acercamos al final de un muy buen libro y entonces preferimos postergarlo, dejar de leerlo indefinidamente porque duele que algo algo de tanta belleza tenga final o porque la dulzura del fin es tan dolorosa como el placer de su lectura.

Debo reconciliarme con el cambio, con la propia ciudad, empezar a caminar sus calles con más gusto y menos desconfianza; abrazar a mis amigos de acá, a los de antes y a los nuevos. Animarme a comprar libros aquí y empezar a hacer mi espacio, the room of our own.


Ya es tiempo.



Gracias Monterrey, gracias Saltillo.