20090818
Espejo de tres cuerpos
Odette Alonso.
Editorial Quimera.
Texto leído durante la presentación del libro en Tijuana el 24 de mayo.
Como ya sabemos, la imagen del espejo ha tenido muchos significados a lo largo de la historia y en distintas culturas. No es raro que se le vea asociado a cuestiones mágicas o esotéricas. Presente ya en las culturas mesoamericanas, el espejo primitivo, elaborado de piedra pirita, era visto como una ventana a otro mundo, donde se decía que se podían ver incluso a los ancestros o adivinar el porvenir; creencia que ha sobrevivido en distintas culturas hasta la actualidad.
Imponente en su silencio, el espejo es quizá el objeto que más cautiva la imaginación humana, desde la primera vez que sonreímos ante su reflejo hasta el momento en que, cansados, nos esforzamos por reconocer nuestra mirada tras las capas de surcos, mentiras y de años. No es de sorprender que ese trozo de vidrio cruel y fascinante sea el que de nombre a ésta, la primer novela de Odette Alonso.
En este libro, el lector encontrará una historia de amores complicados. Sí, por más redundante que esta frase pueda sonar. Hay en este libro una historia de amor, varias historias de amor laberíntico en dónde encontramos mujeres frágiles y vulnerables, fuertes e intimidantes.
Un espejo de tres cuerpos es aquel compuesto por tres paneles que permiten tener una imagen de frente y de ambos lados al mismo tiempo. Una imagen que de pronto parece repetirse infinitamente dentro de sí, como aquel dibujo de M. C. Escher donde una mano dibuja a la otra. Esta parece ser la estructura que Odette busca en su novela, llevar la historia dentro de la historia, emulando los círculos concéntricos hasta preguntarnos quién es quien escribe y quién es quién lee.
Decía, que este es un libro que cuenta amores complicados, inmersos en el erotismo y el desasosiego, una novela que se suma a la pequeña lista de novelas latinoamericanas con temas lésbicos. Una historia donde los personajes se van develando ante sí y entre sí. Un texto que confirma que nadie sale del amor ileso.
“De espaldas
el espejo parece una estocada
una noche sin ojos.”
Leo esta frase en un poema de Odette Alonso mientras sustutuyo, en el título de si libro, la palabra por la palabra espejo. Entonces comprendo la metáfora, y pienso que sí, en efecto, es únicamente ante el amor cuando verdaderamente nos develamos, por más aterradora que la imagen pueda resultarnos.
abril castro, mayo 2009
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