Texto leído durante la presentación de Lo Anterior, Novela de Cristina Rivera Garza, el jueves 15 de abril, en la sala de lectura del CECUT. En la mesa estuvo también Amaranta Caballero Prado en la voz de Omar Pimienta.
Lo anterior:
Cuando esta novela llegó a mi, yo no sabía nada sobre su contenido, digamos que a la manera aristotélica, no sabía ni tenía idea de su inicio su conflicto o su resolución, lo único que sabía era que existía un hombre del desierto y la resolana. Nada más, y quise saber más. Esto fue lo anterior.
Para escribir, entre otras muchas cosas, hace falta abrir los sentidos. Esta es una historia de sentidos (abiertos) en donde la mirada por principio y luego el oído se convierten en receptores e intérpretes de lo que algunos llaman realidad.
Uno: La mirada.
Al principio fue la vista; la imagen que se fija en la cabeza como una fotografía, la avidez receptiva del ojo que allana paisaje y cuerpo. La mirada que contiene y al mismo tiempo fuga. La pupila impasible: las imágenes que aparecen en las dos primeras partes de la narración (en donde impera el uso de verbos sobre adjetivos) parecen mostrar una serie de fotografías, o más bien una serie de cuadros cinematográficos en los que el lector se convierte en un observador que atisba, que sabe que sucede algo, pero que desconoce lo qué es. Similar al campo de visión del ser humano, la novela ofrece un campo de visión en el que nadie tiene acceso a la totalidad, en el que se desconoce toda orilla, el límite del límite y al mismo tiempo se advierte el horizonte infinito. Es así que desde el inicio sentimos estar “viendo” cuando leemos, viendo desde distintos puntos de fuga con ojos que no son los nuestros pero que al mismo tiempo nos pertenecen. No es casual que la continua alusión que hace Cristina al acto de mirar, ni su referencia directa al trabajo escultórico de Juan Muñoz, y menos aún la insistencia que mantiene en torno a la luz, elemento indispensable para que exista la imagen.
As de trébol. Dos.
Esta novela es un texto que invita a hacer lecturas múltiples, más que un texto estructurado para dar un efecto específico en al lector es una propuesta; un juego en el que al igual que en la vida el azar tiene mucho que ver.
En Lo Anterior el texto se abre, se vierte dentro de si mismo y se recrea de modo similar que los personajes, quienes carecen de nombre y son distinguidos con frases como “el hombre del desierto” “el hombre del restaurante de la esquina” “la mujer enamorada”. Cosa que al mismo tiempo que nos impide atribuirles caracteres específicos deja abierta la posibilidad de que en cualquier momento nosotros mismos podamos ser ese hombre, esa mujer. De que ellos en cualquier momento sean (nos) otros. La novela juega con las posibilidades infinitas de la imaginación y la realidad, que en el texto son iguales indistintas.
La historia parte del mundo de la imaginación para confrontar o igualarse a ese otro mundo que algunos llaman realidad. En Lo anterior el mundo primero es pensado (imaginado) para luego ser creado, en todo caso “Imagina y luego existe” y ¿qué es imaginar si no el primer paso para cualquier proceso de creación? ¿y qué es la creación si no un acto de reafirmación?
“La urgencia la llevaba siempre ahí, a la orilla de la orilla, ahí donde la tierra adquiría la faz de otro planeta. Pensaba en Urano, Pensaba en Saturno. Pensaba en lugares que no conocía y se los imaginaba en todo detalle. Luego cerraba los ojos y los veía. Los creaba. Se iba a vivir a ellos. Se confirmaba a sí misma.” (1)
Tres. La historia de amor.
Ahora bien, si aceptamos que imaginar es igual a crear (recordemos el arte conceptual) y si crear es igual a escribir, me atrevo a interpretar que esta novela al mismo tiempo que es una historia de amor, es también una declaración de amor al acto creativo, a la narrativa y al lenguaje escrito; y como en todo amor existen sentimientos encontrados, entonces en Lo Anterior existe también un cuestionamiento abierto (expuesto) a la narrativa ya que desde su estructura encontramos una obra radicalmente distinta a los trabajos anteriores de Rivera Garza. En esta novela Cristina escribe, por definirlo de una manera, como se vive, es decir a partir de un presente en el que el tiempo de la narración regresa, se adelanta, se sostiene, gira en su centro, se proyecta, se multiplica. Vuelve a girar y empieza una y otra vez desde un mismo inicio que al mismo tiempo nunca es igual. Un juego de espejos, un calidoscopio que permite ver que la base de este trabajo está en la lectura que cada quién hace de la obra.
Lo anterior es un homenaje a la imaginación, pero no en el sentido gastado de la palabra sino en el sentido en el que desafía la lógica de la narrativa convencional.
¿No es la imaginación el lugar donde ocurre el amor?
¿No es enamorarse un desafío a toda lógica, un acto de resistencia en si mismo?
ACP
1.- Lo anterior, Rivera Garza, Cristina, Tusquets 2004.
20040322
20040318
20040225
Nada es lo que fue
(nos (re) inventamos)
Primero fue el lenguaje....
Frío, noche, muelle, crujir, mar, altiva, transparente, palabra, sonrisa, ansia, piel, humedad, deseo. Noche, crujir, altiva, mar, frío, humedad, transparente, deseo...
Nada es lo que fue (nos reinventamos). Primero fue el lenguaje. La lengua.
Frío, noche, muelle, crujir, mar, altiva, transparente, palabra, sonrisa, ansias, piel, humedad, deseo. Noche, crujir, altiva, mar, frío,humedad, transparente, deseo...
La lengua
Nada es lo que fue
frío
i
o
iiiiiiiiiiiiiiiiiiio
todo essssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss
(nos (re) inventamos)
Primero fue el lenguaje....
Frío, noche, muelle, crujir, mar, altiva, transparente, palabra, sonrisa, ansia, piel, humedad, deseo. Noche, crujir, altiva, mar, frío, humedad, transparente, deseo...
Nada es lo que fue (nos reinventamos). Primero fue el lenguaje. La lengua.
Frío, noche, muelle, crujir, mar, altiva, transparente, palabra, sonrisa, ansias, piel, humedad, deseo. Noche, crujir, altiva, mar, frío,humedad, transparente, deseo...
La lengua
Nada es lo que fue
frío
i
o
iiiiiiiiiiiiiiiiiiio
todo essssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss
20040223
Sobre la mesa (de debate)
A que Rafael Pérez Gay no se imaginaba que con su “mesa de debate” se iba a armar un verdadero debate en torno a la obra de Cortazar en general y de la construcción del personaje de La Maga en particular. A que Games Gil (pseudónimo con el que se presenta Pérez gay) no se imaginaba que con mandar callar a Cristina Rivera Garza ocasionó que tuviéramos la oportunidad de escuchar (leer) las opiniones sobre el tema de poetas, narradoras, e intelectuales como Jen Hoffer, Ana Clavel, Heriberto Yépez.
Estoy de acuerdo con la escritora Adriana Díaz-Enciso, en cuanto a que lo valiosísimo de esta discusión es la acertividad de Cristina Rivera Garza al haber puesto este tema sobre la mesa ya que como afirma Diaz-Enciso “…Sería aburridísimo celebrar a un autor tan querido
(y magistral) como Cortázar limitándonos a cantar sus alabanzas. Sería una celebración muerta. La discusión, en cambio, le da continuidad a la obra,
honra la vida de la obra."
Por otra parte, resulta increíble y decepcionarte leer en publicaciones “serias” cómo se continúan aplicando y preservando las gastadas técnicas de desacreditación a todo aquello que huela a discusiones de género y (ooohhh, nooooo!! here comes THE WORD!!!) feminista.
Esperemos que el Sr. Pérez Gay no se asome a estas páginas blogueras y nos mande callar a todos (por su salud mental).
A que Rafael Pérez Gay no se imaginaba que con su “mesa de debate” se iba a armar un verdadero debate en torno a la obra de Cortazar en general y de la construcción del personaje de La Maga en particular. A que Games Gil (pseudónimo con el que se presenta Pérez gay) no se imaginaba que con mandar callar a Cristina Rivera Garza ocasionó que tuviéramos la oportunidad de escuchar (leer) las opiniones sobre el tema de poetas, narradoras, e intelectuales como Jen Hoffer, Ana Clavel, Heriberto Yépez.
Estoy de acuerdo con la escritora Adriana Díaz-Enciso, en cuanto a que lo valiosísimo de esta discusión es la acertividad de Cristina Rivera Garza al haber puesto este tema sobre la mesa ya que como afirma Diaz-Enciso “…Sería aburridísimo celebrar a un autor tan querido
(y magistral) como Cortázar limitándonos a cantar sus alabanzas. Sería una celebración muerta. La discusión, en cambio, le da continuidad a la obra,
honra la vida de la obra."
Por otra parte, resulta increíble y decepcionarte leer en publicaciones “serias” cómo se continúan aplicando y preservando las gastadas técnicas de desacreditación a todo aquello que huela a discusiones de género y (ooohhh, nooooo!! here comes THE WORD!!!) feminista.
Esperemos que el Sr. Pérez Gay no se asome a estas páginas blogueras y nos mande callar a todos (por su salud mental).
20040207
No voy a recordar febrero ni la luz amarilla ni el mar mercurial. No voy a recordar el rostro desafiante ni los dedos largos ni el cigarro. No voy a recordar la playa ni las gaviotas ni el par de niños rubios. Voy a olvidar fácilmente el azul y lo tibio y lo suave, el escozor. No voy a recordar la luna ni la piel blanca, ni el frío ni los papalotes. No voy a recordar el tono de voz, las palabras, el color de ropa ni el paisaje. No voy a recordar la arena entre-las-uñas-sobre-la espalda-bajo-la espalda, ni el espejo horizontal. No voy a recordar al ave ni el invierno.
Voy a recordar las ganas.
20040203
20040130
20040129
20040127
Cartas de amor
Hay ocasiones en las que definitivamente estoy de acuerdo con Pessoa, hay otras tantas (generalmente si estoy enamorada) en las que me le opongo. Hoy no. Es difícil mantenerse alejado de la ridiculez cuando se escribe una misiva o un correo amoroso. Muchas veces me ha dado pena (muy propia) leer las cartas de amor escritas años atrás. En el peor de lo casos me han dado pena las cartas recibidas. No creo que esto sea una consecuencia de la condición posmoderna ni nada por el estilo, simple y sencillamente todos alguna vez nos hemos pasado de cursis. Ahora sí que cursis hasta la ignominia. Lo que nos diferencia de las generaciones de antaño no es otra cosa más que la manera de deshacernos de las evidencias de nuestra cursilería. Antes generalmente se recurría al famoso (y muy poco recomendable) cajón de los recuerdos, o bien al recurrido acto de romper las hojas en mil pedazos (más seguro e irreversible) y si ya de plano ganaba la vena romántica siempre había la opción de quemar todas las cartas no sin antes derramar alguna que otra lagrimilla. Hoy todo se ha vuelto más fácil, hoy solo es necesario dar doble click al delete y San se acabó. Cataplúm. Problema resuelto.
(la lágrima todavía es una opción si te crees capaz de derramarla en el tiempo record en el que el relojito de arena de windows da toda la vuelta.)(Si a pesar del esfuerzo no hay lágrima, acuérdate de la papelera de reciclaje e inténtalo de nuevo).
Hay ocasiones en las que definitivamente estoy de acuerdo con Pessoa, hay otras tantas (generalmente si estoy enamorada) en las que me le opongo. Hoy no. Es difícil mantenerse alejado de la ridiculez cuando se escribe una misiva o un correo amoroso. Muchas veces me ha dado pena (muy propia) leer las cartas de amor escritas años atrás. En el peor de lo casos me han dado pena las cartas recibidas. No creo que esto sea una consecuencia de la condición posmoderna ni nada por el estilo, simple y sencillamente todos alguna vez nos hemos pasado de cursis. Ahora sí que cursis hasta la ignominia. Lo que nos diferencia de las generaciones de antaño no es otra cosa más que la manera de deshacernos de las evidencias de nuestra cursilería. Antes generalmente se recurría al famoso (y muy poco recomendable) cajón de los recuerdos, o bien al recurrido acto de romper las hojas en mil pedazos (más seguro e irreversible) y si ya de plano ganaba la vena romántica siempre había la opción de quemar todas las cartas no sin antes derramar alguna que otra lagrimilla. Hoy todo se ha vuelto más fácil, hoy solo es necesario dar doble click al delete y San se acabó. Cataplúm. Problema resuelto.
(la lágrima todavía es una opción si te crees capaz de derramarla en el tiempo record en el que el relojito de arena de windows da toda la vuelta.)(Si a pesar del esfuerzo no hay lágrima, acuérdate de la papelera de reciclaje e inténtalo de nuevo).
20040122
20040120
20040119
20040117
triste y devastadora y deliciosa
la voz
la boca
la cadera
(la escritura)
y esta sensación de violencia, de mutilación e injusticia, esta frustración
y luego la frase:
DE TAJO
y el verbo arrancar:
ARRANCAR DE TAJO
árbol muerto
que no existe
y no ha sido (lo inacabado)
el bisturí, el puño y la raíz
el árbol-el bisturí y el corte de tajo
y de nuevo la voz
la boca
la cadera …
.. triste
devastadora
y deliciosa
20040110
Me gustaba la manera en que veía el mundo. Un día despertó y estiró los brazos como si quisiera alcanzar algo muy muy lejano luego la vi levantarse e ir hacia el ventanal y dar los buenos días a Tijuana. La oí respirar profundo para llenarse los pulmones de luz, decía, luego la vi perdida en un punto en el horizonte que yo nunca atisbé. "Me gustan esos árboles franciscanos", dijo, Me levanté de inmediato y fui hacia el ventanal para ver aquellos árboles franciscanos y no vi nada y entonces solo pregunté: ¿Cuáles árboles? y ella levantó el dedo índice y me señaló un par de árboles justo debajo de nosotros (a los cuales debido a la cercanía de cables de electricidad les habían podado las copas) Me reí y volví a la cama. Ella permaneció en el ventanal.
Hoy me desperté y estiré mi cuerpo como si quisiera alcanzar lo inalcanzable, me levanté y fui al ventanal, sonreí al ver la ciudad tan en calma, tan debajo de esta luz y vi los árboles con la copa recuperada y recordé la frase y pensé como una epifanía que me gustaba la manera en que ella veía el mundo.
(a través del ventanal)
Hoy me desperté y estiré mi cuerpo como si quisiera alcanzar lo inalcanzable, me levanté y fui al ventanal, sonreí al ver la ciudad tan en calma, tan debajo de esta luz y vi los árboles con la copa recuperada y recordé la frase y pensé como una epifanía que me gustaba la manera en que ella veía el mundo.
(a través del ventanal)
20040107
20040106
21 de diciembre
Dejé aquel lugar a toda velocidad, a la hora de la víbora (justo antes del atardecer, cuando la luz es amarilla y horizontal). Salí con necesidad de huir pero sin saber de quién o qué. No se puede huir de uno mismo. (Soy mi propia villana, mi terrorista). Dejé aquel lugar decía, sin saber si agradecer o no a la amnesia vespertina. La carretera como siempre me reconfortó, la plática también (hablar de la luz y sus fantasmas siempre me es reconfortante). Llegué a la ciudad sintiendo algo que podría interpretarse como dolor en el pecho, como si todo aquello se hubiese quedado atorado en la red de mis árboles bronquiales.
Debió ser la contaminación.
20040105
18 de diciembre
Por la ventanilla veo la carretera de movimientos caprichosos, anárquicos y a lo lejos El Nevado (o lo que creo que es el nevado) mostrándose monumental. Toluca me recibe a 3º bajo cero, tomo el primer aliento y experimento el placer de sentir el aire frío llenar los pulmones. Electricidad.
La luz es diferente aquí, digamos más iridiscente y al mismo tiempo lenta. El invierno es seco y cruel, se encaja en la piel como un par de ojos anhelantes, llenos de deseo. Ansia.
No puedo saber que lo que sucederá, el frío congela también mis expectativas, las escarcha como a los toldos de los carros. Coches para sonar ad hoc. Habrá que esperar como otras tantas veces. Aunque no me guste.
"No espero nada, de hecho siempre he sido una desesperada: quiero acabarlo todo cuando aún ni he comenzado."
Xavier Velazco, Diablo Guardián
Por la ventanilla veo la carretera de movimientos caprichosos, anárquicos y a lo lejos El Nevado (o lo que creo que es el nevado) mostrándose monumental. Toluca me recibe a 3º bajo cero, tomo el primer aliento y experimento el placer de sentir el aire frío llenar los pulmones. Electricidad.
La luz es diferente aquí, digamos más iridiscente y al mismo tiempo lenta. El invierno es seco y cruel, se encaja en la piel como un par de ojos anhelantes, llenos de deseo. Ansia.
No puedo saber que lo que sucederá, el frío congela también mis expectativas, las escarcha como a los toldos de los carros. Coches para sonar ad hoc. Habrá que esperar como otras tantas veces. Aunque no me guste.
"No espero nada, de hecho siempre he sido una desesperada: quiero acabarlo todo cuando aún ni he comenzado."
Xavier Velazco, Diablo Guardián
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